viernes, 22 de junio de 2012

El espejismo chino

Según las noticias provenientes de la cumbre de Rio+20, a través de efe verde, "China, uno de los mayores contaminadores del mundo, echó un jarro de agua fría en la plenaria al dejar claro que el cuidado al medio ambiente no será una prioridad del país mientras frene su crecimiento. El primer ministro chino, Wen Jibao, dijo que "no se puede limitar" el ritmo de crecimiento de los países y sostuvo que China tendrá más capacidad de impulsar la transición a lo verde cuanto más se desarrolle."

Estas declaraciones del primer ministro chino deben ser analizadas en detalle, pues una economía tan importante como la china y que lleva años experimentando un contínuo crecimiento, no debería continuar resultando un freno al desarrollo sostenible global.

Cuando hablamos de desarrollo sostenible, estamos incluyendo en el discurso unos salarios de calidad, sin embargo, todos conocemos cuales son las condiciones de trabajo en China, y que coste tienen los recursos humanos en ese país frente a los de los países desarrollados. Es más, importamos productos masivamente de China, mientras que en países como España, se dispara por las nubes el paro.

Ya sabemos que para China el medio ambiente no es una prioridad, puesto que va contra su estrategia competitiva, que en estos momentos está basada en el coste, en la producción barata, y todos conocemos que es mucho más barato competir si nos olvidamos de que hay que respetar el medio ambiente.

Por tanto, parece que no se ponen medidas para frenar un escenario de competitividad en el cual unos países están haciendo unos esfuerzos importantes por la preservación del medio y otros no. El caso es que como el problema mediaombiental es global, sobre todo el de las emisiones de dióxido de carbono, no llegaremos muy lejos si mantenemos esta situación.

En una coyuntura de crisis económica, no estaría de más que las politicas arancelarias de los países, y de la Unión Europea, apostasen por la valorización de los productos locales y la imposición de una legislación más potente en temas como la huella de carbono.

Como ejemplo, hace poco unos miembros de Cidies estuvieron en Toulouse en unas jornadas, en las cuales se regaló a los asistentes unas camisetas conmemorativas (financiadas por andorranos, españoles y franceses). Leer la etiqueta era toda una experiencia, pues indicaba que estaban fabricadas con materias primas de los pirineos, pero en China. Es decir, la materia prima ha salido de los pirineos, se ha enviado a China, la han fabricado allí y la han vuelto a enviar a los pirineos. Entendemos que esta operación debía hacer las camisetas más económicas, pero, ¿podemos seguir así?. 

A todo esto cabe añadir que desde las instuticiones de los países desarollados y a través de la Organización de las Naciones Unidas, y el Banco Mundial, se han estado dando ayudas al desarrollo a China, que al parecer no han incluido ningún criterio medioambiental, por lo que con el dinero de todos, al final hemos colaborado al fortalecimiento de una maquinaria industrial, más propias de inicios del siglo XX, en cuanto a su perspectiva medioambiental, que a una industria moderna y respetuosa.