jueves, 9 de febrero de 2012

¿Somos un país innovador?

Da Vinci (www.buzzle.com)
Recientemente se ha hecho público un informe de la Comisión Europea titulado "Innovation Union Scoreboard 2010" en el cual se mide a los países por su grado de innovación, de tal manera que se pueden comparar unos con otros, así como con países terceros como pueden ser Estados Unidos, Brasil, China o Japón.

El estudio clasifica a los países en cuatro grupos:
  • Innovadores modestos
  • Innovadores moderados
  • Innovadores consolidados
  • Líderes de innovación
En el grupo de los líderes de innovación se encuentran Suecia, Alemania, Finlandia y Dinamarca.

En lo que se refiere a España, las estadísticas no son precisamente positivas, puesto que queda clasificada en el grupo de países moderadamente innovadores, junto a Grecia, Portugal y Hungría, aunque cabe decir que en este mismo grupo se encuentra Italia.

Fuente: PRO INNO EUROPE

Si establecemos la comparación con el resto de países de Europa, aunque no formen parte de la Comunidad Europea, llama la atención que el líderazgo innovador se le adjudica a Suiza.

En cuanto a España, el informe habla concretamente de que es uno de los países innovadores moderados, pues se situa por debajo de la media en innovación. Como elementos positivos destaca el indicador en publicaciones científicas internacionales, como debilidades, entre otras, las inversiones y el espíritu emprendedor. Así mismo el informe destaca la poca participación del capital riesgo en los proyectos de I+D, mientras que habla de un muy buen nivel de investigación, por encima del promedio.

Nos llama la atención que teniendo un nivel investigador alto no se logre un mejor posicionamiento en innovación. Sin duda la explicación tiene que venir por los resultados del resto de indicadores, que señalan nuestras malas notas en emprendimiento y participación del capital riesgo.

Analizando la cuestión, podemos decir que la presencia del capital riesgo suele estar muy vinculada al emprendimiento, si no de nuevas empresas, si de nuevas líneas de negocio, por lo cual podríamos pensar que si incrementase el emprendimiento, el indicador de participación de este tipo de capital podría crecer detrás.

Primera bombilla (Warren De la Rue)
Sin embargo la pregunta clave es, ¿por qué teniendo una buena capacidad de investigación y una gran presencia en las publicaciones internacionales, en España no se emprende? Las razones pueden ser variadas, y desde luego deberían ser objeto de un estudio más detallado, pero todo apunta a que en España la labor de investigación no está tan enfocada a aspectos prácticos y con repercusiones económicas como lo puede estar en otros países.

Esta respuesta no sería de extrañar dadas las dificultades reales que se plantean por parte de las universidades a la hora de colaborar con la empresa, en un sistema público que, por distintos motivos, no termina de engarzar a la universidad con la realidad, y por tanto, actua de inhibidor frente al emprendimiento.